Me gustaría compartir aquí mis pensamientos sobre las grandes celebraciones de fin de año que acabamos de pasar. Muy bonito todo, desde mi punto de vista; fueron momentos únicos para compartir con la familia, esos seres que más amamos que pueden o no compartir lazos de sangre. Fue una emoción muy grande al llegar el momento de las felicitaciones a la medianoche (0:00 hs) de Navidad y de Año Nuevo, era como constatar que los que estabamos allí compartíamos "el mismo barco", "la misma suerte" y los lazos tan grandes del amor, cada buen deseo expresado al otro contó, cuenta y contará a lo largo del 2012, y pienso que cada uno hizo votos en su corazón y en su mente para que los días que seguirán nos encuentren unidos y que tengamos muchos muchos momentos juntos, que la vida nos encuentre unidos, respirando el mismo aire, bajo el mismo cielo, sobre el mismo suelo pero sobretodo aspirando el aire de "pertenencia" al lugar y de los unos a los otros.
Puedo agregar que creo en todos los buenos deseos expresados en cientos de mensajes de texto, e-mails, llamadas o los realizados en persona, cara a cara y que fueron seguidos por el beso y el abrazo. La alegría recibida y compartida en ese momento es totalmente genuina, la más genuina de todas, la que se debe al encuentro y al compartir. Es que somos más felices en grupo o es que la felicidad completa solo se recibe cuando estamos en plural...
Muy feliz año 2012 para tod@s y en especial que sea un año de grandes sucesos para el Paraguay.
Yo creo.
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